Como vengo repitiendo en muchas de mis entradas,
considero que es necesario adaptarse a la realidad social. Está claro que WhatsApp es una realidad del momento, por ello veo necesario dedicar una
entrada de mi blog para analizar un artículo que trata sobre su uso.
WhatsApp se ha convertido en un gran fenómeno de
comunicación y por lo tanto de socialización. Nos permite en todo momento
contactar de forma inmediata con las personas de nuestro entorno social que
deseemos . Además permite relacionarse a nivel de grupo, por tanto hace la
comunicación más rápida, ya que no tienes que ir comunicándolo persona por
persona, con una vez que lo escribas pueden leerlo todos. También mejora la
capacidad de síntesis y facilita la autenticidad, ya que en todo momento sabes
cuando la otra persona ha recibido tu mensaje, e incluso cuando está conectada o la última vez que se
conectó. Esto último, para mí también es un inconveniente porque cada vez
tenemos menos intimidad.
Creo que WhatsApp ha sido un fenómeno muy
revolucionario, que además de sus pros también tiene muchos contras.
Centrándome solo en educación, creo que puede ser peligroso porque puede
suponer un vicio en el alumnado. Además corremos el riesgo de que los niños
estén más pendiente del móvil que de las clases. También puede funcionar como
un gran distractor, provocando una pérdida de tiempo elevada, viéndose reducida
la dedicación a los estudios, trabajos, actividades extraescolares, etc. Estoy
de acuerdo con que es una fuente de socialización, pero en ocasiones produce el
efecto contrario. Por ejemplo, mientras estas utilizando el WhatsApp, estás
ignorando las relaciones con las personas que están compartiendo tiempo y
espacio junto a ti.
Lo único para lo que puede ayudar en educación, es la
posibilidad que ofrece a los alumnos de ayudarse a resolver sus dudas a través
de la aplicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario